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Qué hacer cuando sientes que estás lejos de Dios

mujer triste

Cuando te sientes lejos de Dios, hay momentos en la vida en los que sin darnos cuenta comenzamos a sentirnos desconectadas de Él. Puede ser por el cansancio, preocupaciones acumuladas, la rutina o heridas que aún no hemos sanado. A veces seguimos orando, pero sentimos que no hay respuesta. Otras veces ni siquiera tenemos fuerzas para orar. No estás sola. Muchos hijos de Dios han atravesado esos momentos. Lo importante es no quedarse allí, sino dar pasos sencillos que te acerquen nuevamente a los brazos del Padre.

Reconoce tu necesidad de Dios. El primer paso para volver a Él es admitir que lo necesitamos. En el Salmo 63:1, David dice: “Dios mío, tú eres mi Dios; de todo corazón te busco. Mi alma tiene sed de ti.” Esa sed espiritual no es señal de fracaso, sino que nuestro corazón está hecho para estar cerca de Dios. Cuando reconocemos esa necesidad, ya estamos comenzando a volver.

No te guíes solo por tus emociones. Hay días en que sentimos a Dios cerca y otros en que no. Pero la fe no depende de las emociones, sino de la verdad. Dios prometió: “Nunca te dejaré; jamás te abandonaré.” (Hebreos 13:5). Aunque no lo sientas, Él sigue estando allí. No te dejes engañar por el silencio. Dios sigue obrando, incluso cuando no lo ves.

Vuelve al diálogo con Él. A veces, cuando nos sentimos alejadas, dejamos de orar o lo hacemos sin ganas. Pero Dios no busca oraciones perfectas, sino sinceras. En Lamentaciones 3:40 se dice: “Examinemos nuestros caminos y volvamos al Señor.” Habla con Él, aunque sea con pocas palabras. Dile cómo te sientes. Ábrele tu corazón sin reservas. Él ya lo sabe, pero quiere que lo invites a entrar en medio de tu confusión.

Vuelve a la Palabra. La Biblia es viva. Cuando nos sentimos lejos, leerla puede parecer difícil, pero es justamente cuando más la necesitamos. El Salmo 119:105 dice: “Tu palabra es una lámpara a mis pies; es una luz en mi sendero.” Puedes comenzar con un salmo al día o con un pasaje corto del Evangelio. No se trata de cantidad, sino de volver a escuchar su voz.

Rodéate de personas que te animen en la fe. No fuimos creadas para caminar solas. A veces, estar rodeadas de personas que también aman a Dios puede ayudarnos a volver a conectar con Él. Hebreos 10:24-25 nos anima a no dejar de reunirnos y a animarnos mutuamente. Si tienes alguien de confianza, pídele oración. Escuchar una canción cristiana o una predicación también puede ser una forma de volver a enfocarte.

Dios nunca se fue. El enemigo quiere hacerte pensar que estás sola, que ya no hay vuelta atrás o que Dios está enojado contigo. Pero eso no es verdad. Jesús contó la historia del hijo pródigo para que sepamos que siempre podemos volver. Y cuando lo hacemos, el Padre corre a nuestro encuentro (Lucas 15:20).

Volver a sentirnos cerca de Dios no siempre ocurre de un momento a otro. Pero si das un pequeño paso hoy, Él hará el resto. No importa si tu oración es débil o si apenas puedes leer un versículo. Dios ve tu corazón y su amor es más grande que tus dudas.

Oración sugerida: “Señor, me siento lejos, pero sé que Tú estás cerca. Ayúdame a volver a tus brazos. Dame hambre de tu Palabra y fuerzas para acercarme, aunque no entienda todo. Gracias porque nunca me dejas. Amén.”

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