Criar hijos en el camino de Dios en el mundo de hoy es un desafío que muchas madres enfrentamos con amor y preocupación. Vivimos en una época donde las influencias externas son muchas y los valores cambian rápidamente, pero la palabra de Dios nos brinda orientación y promesas que nos fortalecen en esta tarea.
La Biblia nos invita a enseñar a los hijos en el camino correcto desde pequeños. En Proverbios 22:6 dice: “Instruye al niño en su camino, y aun cuando sea viejo no se apartará de él.” Nuestra función como madres es ser guías y ejemplo de fe, mostrando con nuestras acciones y palabras el amor de Dios.
Es importante recordar que la salvación es un acto personal. Aunque nosotros los criemos en la fe, cada hijo tiene la libertad de elegir su camino. En Deuteronomio 30:19 leemos: “A los cielos y a la tierra llamo por testigos hoy contra vosotros, que os he puesto delante la vida y la muerte, la bendición y la maldición; escoge, pues, la vida para que vivas.” Por eso, aunque queramos lo mejor para ellos, no podemos forzar esa decisión; es responsabilidad personal.
Como madres, debemos perseverar en la oración constante por nuestros hijos. La oración es poderosa y mueve el corazón de Dios. En Santiago 5:16 se nos dice: “La oración del justo es poderosa y eficaz.” Nunca dejemos de interceder para que Dios los guíe y los acompañe, confiando en que Él es quien busca y rescata.
Aquí algunas ideas prácticas para criar hijos en la fe hoy:
1.Predicar con el ejemplo: vivir lo que enseñamos es fundamental para que los hijos vean una fe real y práctica.
2.Compartir la palabra de Dios diariamente, ya sea leyendo la Biblia juntos o hablando sobre sus enseñanzas en la vida cotidiana.
3.Crear un ambiente de amor y respeto donde los hijos se sientan seguros para expresar dudas y preguntas.
4.Involucrarlos en actividades de la iglesia o grupos juveniles donde puedan fortalecer su fe con otros jóvenes.
5.Enseñarles a orar desde pequeños y mostrarles que pueden hablar con Dios en cualquier momento.
6.Acompañarlos en sus dudas y errores sin juzgarlos, recordando que todos estamos en proceso.
Criar hijos en la fe es un camino que requiere paciencia, amor y entrega, confiando siempre en la promesa de Dios. No olvidemos que el Señor está con nosotras en esta tarea, y que su gracia nos sostiene cada día.
¡Dios te bendiga!
