A lo largo de nuestra vida, las amistades ocupan un lugar muy importante. Son quienes nos acompañan, nos escuchan y comparten con nosotras tanto los momentos alegres como los difíciles. Pero cuando comenzamos a caminar con Jesús, muchas veces surgen preguntas en nuestro corazón: ¿Debemos rodearnos solo de personas creyentes? ¿Qué lugar ocupan las amigas que no comparten nuestra fe? ¿Cómo podemos hablarles de Dios sin alejarlas? En esta nota vamos a reflexionar juntas sobre este tema. Hablaremos sobre: La importancia de rodearnos de personas que compartan nuestra fe. Cómo ser una buena amiga, tanto para mujeres creyentes como para aquellas que aún no conocen al Señor. Cómo acompañar con amor y sabiduría a nuestras amigas no creyentes. Cómo compartir el mensaje de Dios desde el ejemplo, sin presionar ni imponer. Nuestro deseo es que estas palabras sirvan como una guía para fortalecer nuestras relaciones, crecer en sabiduría y ser luz en medio del mundo que nos rode...