A lo largo de nuestra vida, enfrentamos decisiones grandes y pequeñas: un nuevo trabajo, una relación, un proyecto, un cambio de ciudad… Y en medio de esas decisiones muchas veces surge la pregunta: ¿Es esto lo que Dios quiere para mí? Desear conocer la voluntad de Dios es, en sí, una señal de que nuestro corazón anhela agradarle. Pero, ¿Cómo podemos discernir con claridad Su guía? Dios nunca se contradice con Su Palabra Este es el primer filtro y el más importante. Lo que sentimos o deseamos nunca debe ir en contra de lo que Dios ya ha revelado en la Biblia. Por eso, si una decisión implica desobedecer a Dios, engañar, dañar a otros o alejarnos de la comunión con Él, definitivamente no es Su voluntad. “Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino.” Salmo 119:105 La paz del Espíritu Santo Dios nos guía a través de Su paz. No se trata de ausencia de miedo humano, sino de una paz profunda que el mundo no puede dar. Si una decisión trae confusión, ansiedad c...